Por: José Atuesta Mindiola
La amistad divina estampa
de acuarelas matutinas
donde el respeto germina
como el sol sobre la pampa.
La tentación de la trampa
nunca encuentra los senderos
en amigos verdaderos
de la vida en hermandad;
la luz de la honestidad
brilla más que los luceros.
La amistad es un valor
que premia la providencia,
es la voz de la conciencia
en la estación del amor:
Se abraza con el dolor
del amigo que padece,
también alegre se mece
con el viento solidario;
un abrazo es necesario
y el entusiasmo florece.