FESTIVAL CUNA DE ACORDEONES DEL 18 AL 21 DE SEPTIEMBRE EN VILLANUEVA, LA GUAJIRA

 La música vallenata tendrá grandes momentos este año, cuando vuelvan a sonar los acordeones en la edición 46 del Festival Cuna de Acordeones, en el municipio de Villanueva, La Guajira; tierra de grandes dinastías del folclor vallenato.

El Festival Cuna de Acordeones, versión 46, contará con los mejores acordeoneros en las categorías profesionales, aficionado, juvenil e infantil, quienes expondrán todos sus recursos en la ejecución del instrumento símbolo del folclor vallenato. En “Cuna de Acordeones”, también se realizarán los concursos de compositores de canciones inéditas y los grandes verseadores de la región se encontrarán en la piquería vallenata

Villanueva, la tierra del festival cuna de acordeones se prepara para que todos los asistentes visiten y disfruten lo más excelso del folclor que representa a Colombia en el mundo y que desde el sur de La Guajira muestra sus raíces y la cotidianidad que caracteriza a esta parte del país.

El Festival Cuna de Acordeones este año será en homenaje a la primera mujer del vallenato; Rita Fernández e Ismael Fernández Gámez, de esta forma se hace un importante reconocimiento a la vida y obra de estas dos grandes figuras del folclor vallenato. La compositora samaria, Rita Fernández Padilla, se exaltan sus aportes de más de cinco décadas escribiendo canciones vallenatas y su participación en el grupo femenino vallenato Las Universitarias. En su obra musical, se destacan grandes éxitos como «Las dudas del amor”, “Las hojas y el viento”, “La fuerza del corazón”, “La juglaresa del vallenato” y “Sombra perdida”.

Ismael Darío Fernández Gámez, gerente del canal regional Telecaribe, es además un folclorista que cuenta con el cariño y valoración de los artistas vallenatos, compositores y hacedores culturales de la región, se le hace un reconocimiento por  su aporte a la cultura del departamento de La Guajira; así mismo desde su labor periodística y hombre de medios de comunicación ha realizado la difusión y defensa de la música vallenata y las tradiciones guajiras. Villanuevero como el que más, ha llevado la identidad de Villanueva a los escenarios regionales y nacionales.

Del 18 al 21 de septiembre es la cita en Villanueva, los acordeones se preparan y los villanueveros se alistan para entregarles cuatro días de folclor, cultura y un maravilloso encuentro con la tierra de las dinastías, del vallenato y de toda la magia macondiana que aún vive esta región.

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Aliskair Sanim De La Hoz Rodríguez

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Iván Villazón, impresionantes conciertos en Estados Unidos

Un público contento que terminó pidiendo más canciones, resume el gran éxito que tuvo Iván Villazón en su reciente gira musical por Estados Unidos y que deja el mejor ambiente para su regreso en el próximo mes de agosto.

Iván Villazón cantó, gustó y llenó los escenarios de las ciudades de Orlando, Dallas y Miami, donde los latinos y norteamericanos disfrutaron de grandes momentos y escucharon el nuevo álbum ‘Un mundo real’.

Villazón expresó sus agradecimientos por el respaldo encontrado en cada lugar y el empresario Lino Villalobos, afirmó: “me están pidiendo al artista para otras ciudades y vamos a seguir recorriendo a Estados Unidos”.

Iván Villazón y Tuto López, regresarán nuevamente a Estados Unidos a mediados de agosto y estarán con ‘Un mundo real’ en New York, ‘La Capital del Mundo’.

Viernes 9 de agosto: New York

Viernes 9 de agosto: New Jersey

Sábado 10 de agosto: Houston

Será un gran recorrido para seguir celebrando los 40 años de vida artística de Iván Villazón en Estados Unidos.

‘Francisco El Hombre’ nació hace 175 años

Por Juan Rincón Vanegas

@juanrinconv

Una de las historias que ha tenido mayor resonancia en el folclor vallenato es la de Francisco Antonio Moscote Guerra, ‘Francisco El Hombre’, quien nació en el año 1849, hace 175 años, en Tomarrazón, jurisdicción del municipio de Riohacha, La Guajira.

Existen varias versiones sobre la fecha de su nacimiento, pero coincidieron en la anotada, sábado 14 de abril de 1849, la periodista e investigadora Consuelo Araujonoguera, en un trabajo publicado en varias entregas en El Espectador (febrero 13, 14 y 16 de 1984) y también el escritor Arístides Ospino Márquez, (Ariosmar), en su libro ‘Francisco El Hombre y la derrota del diablo’, año 2012.

Sobre la conocida historia Consuelo Araujonoguera escribió. “Una noche al regresar Francisco después de una parranda de varios días y al ir hacia su pueblo para distraerse en la soledad de la noche, abrió el acordeón y, sobre su burro, como era usual en aquella época, empezó a interpretar sus melodías. De pronto al terminar una pieza, surgió de inmediato el repertorio de otro acordeonero que desafiante trataba de superarlo”.

“De inmediato Francisco marchó hacia él hasta tenerlo a la vista; su competidor, para sorpresa, era Satanás, quien al instante se sentó sobre las raíces de un árbol, abrió su acordeón, y con las notas que le brotaban hizo apagar la luna y todas las estrellas”.

“El mundo se sumergió en una oscuridad tal, que sólo los ojos de Satanás resplandecían como tizones. Sus notas eran las de un gran maestro; algunos dicen que de ese encuentro nació el canto del Amor – Amor, pues Francisco, dueño de grandes virtudes y poseído de mucha fe, lejos de acobardarse con la abrasadora oscuridad, abrió su acordeón e hizo sonar tan hermosa melodía y la magia de la misma devolvió la luz a la luna y a las estrellas, infligiendo mucho temor del demonio”.

“Después clamó a Dios y entonó el credo al revés con la potencia de su voz, de tal suerte que el demonio, vencido, exhaló un terrible alarido y con su acordeón a rastras huyó hacia las montañas donde se perdió para siempre”.

Por su parte el escritor Arístides Ospino Márquez, hizo un relato de Francisco El Hombre, nacido en el hogar conformado por José del Carmen Moscote de Armas, ‘Chécame’, y Ana Juliana Guerra.

“Al nacimiento verificaron que era varón; por eso su papá no cabía de la emoción porque a más de ser su primer fruto, así era su deseo, por eso expresó. «Menos mal que nació varón como yo quería, porque de haber nacido hembra, ya estuviera pensando en los gavilanes, porque dentro de unos cuantos años, me tocará estar subido en el techo, con un chopo en mis manos, para espantarlos, temiendo que alguno se llevare algún día mi pollita, pero quien se me descuidara, con mi chopo le haría un disparo certero que le volaría el pescuezo”.

El Francisco de Gabo

La historia de Francisco Antonio Moscote Guerra traspasó fronteras cuando Gabriel García Márquez en la página 23 de su libro ‘Cien años de soledad’, escribió lo siguiente.

“Meses después volvió ‘Francisco El Hombre’, un anciano trotamundos de casi 200 años que pasaba con frecuencia por Macondo divulgando las canciones compuestas por él mismo. En ellas, ‘Francisco El Hombre’ relataba con detalles minuciosos las noticias ocurridas en los pueblos de su itinerario, desde Manaure hasta los confines de la ciénaga, de modo que si alguien tenía un recado que mandar o un acontecimiento que divulgar, le pagaba dos centavos para que lo incluyera en su repertorio. Fue así como se enteró Úrsula de la muerte de su madre, por pura casualidad, una noche que escuchaba las canciones con la esperanza de que dijeran algo de su hijo José Arcadio”.

Canciones a Francisco El Hombre

En el año 1971, Alberto Luis Pacheco Balmaceda, natural de Barranquilla, para coronarse como Rey Vallenato presentó el merengue ‘Francisco El Hombre’, donde recuerda ese episodio, y en apartes de la canción anota:

Y si el diablo se aparece, digo en mi improvisación, de que se encomiende y rece, si es que sabe de oración. Yo le cantaré otra vez, exprimiendo mi acordeón, si es muy tesa la cuestión le canto el credo al revés”.

En ese mismo sentido, en 1973, Luis Enrique Martínez, para conquistar la corona  como Rey Vallenato presentó la puya con el mismo nombre donde destaca la historia de Francisco Moscote.

Francisco El Hombre, fue el hombre, de la puya y el merengue, solo ha quedado el renombre, de su historia y sus saberes. Francisco el hombre en Galán, dejó un recuerdo infinito, y muchos recordaran todo lo que fue Francisco”.

Los versos de ‘El Turpial de Pondorito’

En el Festival de la Leyenda Vallenata del año 2009, el jurado de piqueria le indicó a los verseadores de turno, que el pie forzao era. “En mano de Francisco El Hombre”. Le correspondió iniciar a Rubén Toncel, ‘El Turpial de Pondorito’, quien como buen guajiro se sabía la historia. Es así como soltó el primero:

Decirlo me corresponde, y cumplo con mi deber, me voy a llevá una mujer, en mano de Francisco El Hombre”.

Al rival, Edgar Martínez, le dio risa y soltó un verso de esos por cumplir, saliéndose de lo solicitado.

Yo si tengo mi renombre, pa’ acabá con El Turpial, y a ustedes quiero gritar, donde está Francisco El Hombre”.

‘El Turpial’, al ver que no había verseado con las exigencias del jurado y el público, no estaba satisfecho, sacó a relucir su talento ganándose el más grande aplauso.

De ti hoy no queda ni el nombre, y el pueblo me dá el respaldo, hoy te pasará ni al diablo, en mano de Francisco El Hombre”.

Francisco Antonio Moscote Guerra, ‘Francisco El Hombre’, dejó para la posteridad su gran hazaña musical porque a nota limpia se enfrentó con el propio Lucifer. Lo derrotó tocando y cantando el credo al revés, asunto que según la historia no fue tarea fácil, menos teniendo a un contendor desconocido que causaba terror y cuyo perfume de azufre no era agradable.

Jorge Naín Ruiz Ditta: un luchador incansable por la cultura, el folclor y la música vallenata.

«Cuando los hombres se ven reunidos para algún fin, descubren que pueden alcanzar también otros fines cuya consecución depende de su mutua unión»: Thomas Carlyle (historiador, filósofo y matemático escocés).

Por Ramiro Elías Álvarez Mercado.

La solidaridad, ayuda y colaboración son sentimientos de unidad que nos mueve a dar sin esperar recibir nada a cambio. Más bien se trata de la base de muchos valores humanos que hemos adquirido desde la infancia y que conjugan aquello que somos: lealtad, compañerismo, empatía, amistad, amor, fraternidad y respeto.

En el ámbito del folclor, la música y la cultura hemos sido testigos de muchos hombres y mujeres que han dedicado parte de su vida a trabajar de manera titánica por sacar adelante estas expresiones que son unos de los más vastos y perdurables nexos de los pueblos.

La música, el folclor y la cultura vallenata no podía estar ajeno a este fenómeno y encontramos en Jorge Naín Ruiz Ditta un luchador incansable que ha dedicado gran parte de su tiempo por resaltar y enaltecer todo lo relacionado con el arte en su tierra vallenata.

Este humilde varón le abrió los ojos a este mundo terrenal el jueves 23 de marzo del año 1961 en el corregimiento de La Loma, municipio de El Paso en el centro del departamento del Cesar al norte del territorio colombiano. En el hogar conformado por Máximo Ruiz Palacios, quien alternaba las labores de sastrería y el trabajo en el campo, donde cultivaba la tierra y criaba ganado y otros animales de corral con los que sostenía a su familia y Francia Helena Ditta, costurera y ama de casa quien con su trabajo también apoyaba con la economía familiar.

Jorge Naín desde muy pequeño se caracterizó por ser inquieto en cuestiones musicales y desde la edad de 8 años ya sobresalía en la Escuela Mixta # 1 y 2 de La Loma, en donde hizo sus estudios primarios y despuntaba cantando versos de su inspiración que sorprendían a sus compañeros y maestros en los acostumbrados Centros Literarios, que eran una sesión de la clase de Lengua Castellana, dedicadas al análisis de obras literarias, talleres de lectura, poesía, declamaciones, dramatizaciones, creaciones de cuentos, música; entre otras expresiones artísticas que se hacían con el fin de incentivar en los niños la creatividad y el amor al arte. Más tarde y ya con casi 12 años se inicia en el canto al lado del maestro Domiciano López Romero un reconocido acordeonista de la región quien vio en este pequeño un talento para cantar y su nombre comienza a ser reconocido en su terruño y alrededores, su amor por la música vallenata continúa, pero sin dejar de lado sus estudios e inicia la secundaria en el Colegio Nacional de Chiriguaná (CANALCHI) y luego los termina en el tradicional Colegio Nacional Loperena de la ciudad de Valledupar en donde es más seducido por la música de Francisco el Hombre y es ahí aún siendo un adolescente en el año 1978 ocupa el segundo lugar en el concurso de cantantes del Festival Sagbini Valledupar.

Luego de este reconocimiento dos años después en 1980 le llega la oportunidad de grabar su primer trabajo discográfico como cantante titulado «Amor a lo Vallenato» al lado del reconocido acordeonista Miguel Ahumada, con tan solo 19 años en donde vinieron canciones de reconocidos compositores de la música vallenata como: Héctor Zuleta Díaz, Antonio Serrano Zúñiga, Alonso Fernández Oñate, entre otros y una canción de su autoría titulada «Ingratitud».

Luego de graduarse como bachiller se traslada a Bogotá, la fría capital colombiana, con el fin de continuar sus estudios universitarios, pero sin dejar de lado su amor por la música, la cultura y el folclor vallenato, por el contrario estar lejos de su terruño hace que ese amor creciera más y se dedicó a hacer presentaciones y calentar el ambiente de los bogotanos y los costeños radicados en esta ciudad multicultural, en tabernas, clubes y discotecas, algo que le generaba un ingreso económico para ayudarse con los gastos que acarrea una carrera universitaria, con mucha dedicación, sacrificio y ganas de salir adelante se gradúa en locución de radio y televisión en el Colegio Superior de Telecomunicaciones. Este «lomero inquieto» bautizado de esta manera por el escritor, investigador y folclorista Antonio José «Toño» Daza Orozco, empieza a involucrarse en otras facetas de la cultura vallenata y ya no solo se dedica al canto, sigue componiendo canciones y además de la primera que grabó con Miguelito Ahumada titulada «Ingratitud», otras agrupaciones vallenatas como la conformada por Jesús Manuel Estrada en la voz y el acordeón de Víctor «Rey» Reyes le grabaron «Te Arrepentirás», lo mismo que Los Embajadores Vallenatos: Robinson Damián y Ramiro Colmenares le llevaron al disco «La Tienda del Amor» y recientemente este año 2024 Horacio Mora, le grabó un tema de corte jocoso emulando las anécdotas del gran Enrique Díaz titulado «La Salchipapa».

Ruiz Ditta siempre tuvo claro, que el estudio sería parte fundamental de su vida y luego de su primer título universitario no paró e ingresa a la Universidad Santo Tomás de Bogotá y se graduó como abogado, luego Especialista en Derecho Administrativo de la Universidad Libre, Magíster en Docencia en la Universidad la Salle, Magíster en Periodismo Universidad del Rosario.

Regresa a su pueblo querido donde fue elegido como concejal en el período comprendido entre 1990 – 1992. Secretario de Gobierno y Alcalde encargado del municipio San Martín, Cesar.
Para esa misma época fue gestor y fundador del Festival de Canciones Samuel Martínez: un evento cultural que cada día tiene más seguidores y está más consolidado.

Regresa a Bogotá y creó la Fundación de Artistas Vallenatos y realizó el Festival Rafael Orozco entre los años 1994 y 1998, labor que alternaba con el ejercicio de su profesión en la Personería de Bogotá llegando a ser Personero Delegado, entidad en la que estuvo alrededor de 20 años.
Aparece una nueva faceta y es la de columnista en distintos medios de comunicación como: eltiempo.com, Diario El Pilón, Diario del Norte, Revista Kienyke, panoramacultural.com.co, entre otros.

Si algo ha sabido manejar y distribuir el Dr. Naín es su espacio, cosa que a muchos nos asombra, porque no es fácil repartirse en varias labores al mismo tiempo, es como si tuviera el don de la ubicuidad; es decir, estar presente en varios escenarios al mismo tiempo, pero ese gran amor, dedicación y pasión que tiene por lo que realiza lo hace multiplicarse.

Mientras se dedicaba a ser Asesor de Despacho del Registrador Nacional del Estado Civil o Asesor del Despacho de la Procuraduría General de la Nación, salía ganador en el concurso de canciones inéditas del Festival Samuel Martínez de La Loma, Cesar y del Festival de Acordeones del Río Grande de La Magdalena en Barrancabermeja.

A parte de columnista en distintos medios también ha escrito los libros: «Intimidades del vallenato actual», «Un acordeón en los cachos», «Vida y Obra de Julio Erazo Cuevas» y «La Personería en el posconflicto».
Como profesor fue docente universitario de pregrado de la facultad de Derecho en las universidades: Autónoma, Católica, Cooperativa Universitaria de Colombia y de posgrado en Especialización y Maestría en la Universidad Militar Nueva Granada.

Su pasión por cantar la música de Francisco el Hombre nunca se le acaba y es muy común escucharlo interpretando clásicos del cancionero vallenato en el calor de una parranda o en una grabación como lo hizo en el año 2016 en un trabajo discográfico titulado «Tributo al maestro de maestros», homenaje a Leandro José Díaz Duarte, donde tuvo el acompañamiento de destacados acordeonistas, que con sus notas engalanaron las sublimes melodías del «Homero del Vallenato», entre los que encontramos a Gonzalo Arturo «Cocha» Molina, Omar Geles Suárez, Victor «Rey» Reyes, Juancho de La Espriella, Rafael Ricardo, Julián Rojas, Hermides «Taty» Manzano y Jorge Rojas.

Este inquieto personaje fue jurado de la gran final del Festival de La Leyenda Vallenata concurso Rey de Reyes en el año 2017 donde salió triunfador Álvaro López Carrillo.
En el año 2020 fue premiado por el diario El Espectador y la Fundación Color de Colombia como Afrocolombiano del año.

Creador, director y presentador del programa de redes sociales «La Parranda de Naín» en donde entrevista a distintos invitados relacionados con la música vallenata, el cual tiene muchos seguidores y muy buena aceptación, por lo ameno y agradable. Este luchador y polifacético hombre de la cultura también tuvo un paso corto como repentista; es decir, verseador de la música vallenata, razón por la que se presentó en esta modalidad, en los Festivales de La Leyenda Vallenata en Valledupar y en el Cuna de Acordeones en Villanueva, La Guajira, ocupando honrrosos lugares (entre los seis primeros) .

Hoy en día el Dr. Jorge Naín Ruiz Ditta está gozando de su merecida pensión, radicado entre su pueblo, La Loma, Valledupar y Río Seco, pero sin dejar de lado sus actividades y el gusto por su cultura vallenata y el ejercicio de su profesión, porque aún es docente de posgrados de las facultades de Derecho en las Universidades del área Andina en Valledupar y de la Universidad Popular del Cesar y como si fuera poco es el actual presidente de tres organizaciones sociales que son: Corazón Caribe, que realiza el festival «Un Canto al Río» en Valledupar, Fundación Festival de Canciones Samuel Martínez de La Loma y Asociación de Verseadores de la Piqueria Vallenata (ASOVERSO).

Este visionario e hiperactivo hombre es lo que podríamos llamar un «Gestor Cultural» porque en la cultura vallenata se ha movido como pez en el agua en distintas de sus facetas y en todas ha sobresalido, porque siempre tuvo personas que creían en sus proyectos y demostró que trabajar en equipo no es sólo ir por un mismo objetivo, sino aprender sobre las habilidades individuales de los integrantes y encontrar la manera de que estos armonizaran con todos, a través de la comprensión, empatía y colaboración y de esta manera lograr el objetivo trazado.

Atte: Ramiro Elías Álvarez Mercado

Murió Omar Geles, gran compositor de música vallenata

El mundo de la música vallenata está de luto tras la repentina muerte del reconocido cantante y compositor Omar Geles.

El artista falleció a los 57 años en la ciudad de Valledupar, dejando un vacío irreparable en el género que tanto amó y al que dedicó su vida.

El hecho ocurrió cuando Omar Geles se encontraba jugando tenis en la cancha del Club Campestre de Valledupar alrededor de las 6:00 p. m. cuando sufrió un desmayo inesperado.

A pesar de los esfuerzos inmediatos por reanimarlo y su traslado urgente a la clínica Erasmos de Valledupar, lamentablemente, los médicos no pudieron salvar su vida.

 Es de anotar que hace solo tres semanas había sufrido una descompensación luego de haber ofrecido un concierto en Miami.

Compartió su talento con todos, Omar Geles se convirtió en uno de los soportes de los nuevos artistas, se dedicó a impulsar el talento de figuras como Rafa Pérez o Ana Del Castillo, de quienes se convirtió en su compositor de cabecera. A Silvestre Dangond, por ejemplo, le entregó el súper éxito ‘A blanco y negro’, ‘Las locuras mías’ o ‘Después de tantos años’.

A Patricia Teherán le entregó el hit ‘Tarde lo conocí’ y a Diomedes Díaz ‘La falla fue tuya’.

Felipe Peláez le cantó ‘El amor más grande del planeta’ y Jorge Oñate ‘La aplanadora’.